viernes, 25 de noviembre de 2016

LAS HERIDAS Y TRAUMAS DE LOS SOLDADOS

LAS HERIDAS DE LOS SOLDADOS DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:

Las trincheras protegían los cuerpos de los soldados pero sus cabezas quedaban expuestas al fuego enemigo. Al comienzo de la guerra se le prestó poca atención al trauma de las heridas faciales. El poder regresar con vida era considerada una recompensa suficiente. La llegada de la cirugía plástica cambió esa percepción. 




La mayor causa de muerte en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial era el impacto de las innumerables esquirlas metálicas que despedían las bombas al explotar. Éstas también causaban las peores heridas faciales.

A diferencia de una herida "limpia" producida por un balazo, las esquirlas de metal retorcido, también conocidas como metralla, podían arrancarle la cara a un soldado.

Para colmo de males, por su forma irregular, las esquirlas frecuentemente incrustaban trozos de vestidura y suciedad en las heridas. El desarrollo de los cuidados médicos significó que más soldados heridos podían mantenerse con vida pero la atención urgente de sus devastadoras lesiones presentó un nuevo desafío.


Millones de heridos

La reconstrucción facial en esa época no gozaba de prestigio, pero se convirtió en parte integral del proceso de recuperación en la posguerra.

No obstante, esto sucedió antes del descubrimiento de los antibióticos, y someterse a una operación reconstructiva podía resultar tan riesgosa como enfrentar las bombas en las trincheras
.

Un millón de soldados británicos murieron en la Primera Guerra Mundial y el doble de estos regresaron con heridas que dejaron a muchos desfigurados de por vida.

Las trincheras protegían los cuerpos de los soldados pero sus cabezas quedaban expuestas al fuego enemigo cuando se asomaban para ver el campo de combate.

Al comienzo de la guerra se le prestó poca atención al trauma de las heridas faciales. El poder regresar con vida era considerada una recompensa suficiente.






TRAUMAS PSICOLOGICOS:


A pesar de los logros de Gillies, las desfiguraciones ocasionadas por la guerra continuaban siendo profundas y muchos de sus pacientes nunca pudieron superar el impacto psicológico de sus heridas.

Algunos ni se atrevían a salir en público sin cubrir sus rostros.

Cerca del hospital había bancos pintados de azul que designaban que allí se podían sentar los hombres con heridas faciales sin sentirse incómodos, aunque también servían para advertir a los residentes locales que la apariencia de aquellos que ocupaban esos bancos podía resultar inquietante.

Ciertos sobrevivientes se reintegraron a la fuerza laboral pero usualmente trabajaban separados en oficinas traseras por su vergüenza de que los vieran.

Muchos otros quedaron completamente retraídos, incapaces de enfrentar a sus esposas, familias o amigos.





Algunos ni se atrevían a salir en público sin cubrir sus rostros.

1 comentario:

  1. muy buen blog pero el unico error que veo es que repites en muchas ocasiones las mismas cosas

    ResponderEliminar